Proyección de «MÜPA». Sábado 7 de septiembre. 6pm

 

Año XII. Sesión 97

Director: David Herrera. 2023. Colombia. 70

En lo más profundo del corazón de los bosques junto al Darién, donde los rayos del sol apenas se filtran entre las espesas ramas, se encuentra enclavada una comunidad indígena Embera en Luz del Mundo, Antioquia. Es aquí, en este rincón sagrado, íntimo y ancestral, donde la valiente Morelia asume el título de gobernadora recién elegida. Sin embargo, la grandeza de su posición se ve desafiada por el rechazo vehemente de ciertos hombres en su entorno, quienes se niegan tercamente a aceptar a una mujer como líder.

Como un huracán que intenta desviar su curso, Morelia se enfrenta a la resistencia masculina y a la vez a los ecos de un pasado doloroso, que le atormentan en cada paso que da. Pero en un giro inesperado, surge un desafío mayor: Una niña de apenas 13 años, víctima de la coerción de sus propios padres, desaparece sin dejar rastro después de ser obligada a casarse con su profesor. En medio del desconcierto y la incertidumbre, Morelia se adentra en una carrera contrarreloj, decidida a encontrar a la niña antes de que sea demasiado tarde.

 

Proyección de «CAMPESINOS» 1 de junio 2024. 6pm

Año XII. Sesión 92 – Celebrando el Día del Campesino

Sinopsis

¿Por qué y en qué forma el campesino y el indio pasan a través de la práctica social de la sumisión a la organización? Esta es la hipótesis sobre la cual se estructura y desarrolla la película. Esta primera parte del documental se inicia con el análisis de la significación que la tierra tiene para el indio, así como el contenido y la forma de lucha a partir de su especificidad cultural. Si para el indígena la tierra es la raíz de su cultura, para la clase dominante la posesión de la tierra confiere poder. El 4% de los propietarios detenta el 67% de la tierra, mientras el 73% está hacinada en el 7% de la tierra, condenada al minifundio, sometido a la descomposición Neo-Colonial del campesinado.

Es evidente el avance organizativo del campesinado y el indio en Colombia como respuesta a la situación de explotación y “servidumbre” a la que han sido sometidos tradicionalmente, por parte de un sistema burgués- terrateniente y pro imperialista. Una de las formas que presenta la lucha del indígena y del campesino es la lucha contra el gran latifundio, la redistribución de la tierra y la lucha por la tierra para la que se trabaja. Para la clase dominante estas tomas de tierras son “invasiones”, para los indios y campesinos son “recuperaciones”. Estas luchas no nacen en 1971, tienen antecedentes históricos muy importantes y son respuesta a la situación de explotación y miseria a la que han sido sometidos tradicionalmente. Por esto, el documental intenta un análisis retrospectivo e histórico para mostrar las relaciones de sujeción, explotación y servidumbre a la que es sometido el campesino dentro de la gran hacienda cafetera de 1930.

Premios:
• 1976 “Primer premio” Festival Internacional de Cine Oberhausen (Alemania).
• 1977 “Grand Prix” Festival Internacional de Tampere (Finlandia).
• Premio “Novais Teixeira” al mejor film, Festival de Grenoble (Francia).
• “Mejor film” Festival de Grenoble (Francia).
• Premio “Novais Teixeira” de la crítica, Festival de Grenoble (Francia).
• “Mejor film Colombiano” Premio colcultura del Cine Joven Colombiano.

Digitalizada en 2K por el Oberhausen Film Festival, Alemania 2019

Más información

Crónica de una gran sesión de cineclub con «La Casa de mamá Icha»

Este pasado sábado 9 de marzo conmemoramos el Día de la mujer trabajadora con la proyección de la película «La casa de mamá Icha» más conversatorio posterior con su director Oscar Molina. Gracias al formidable equipo técnico de la Fundación Gilberto Alzate Avendaño se realizó el montaje en el espacio público como estaba previsto. Pero nada más dar inicio a la presentación la borrasca bogotana hizo su aparición, primero como lluvia espantabobos. El público no se amilanaba y con paraguas y chubasqueros hicieron frente (sin moverse) a los 10 primeros minutos de película. Mientras el equipo del cineclub repartía aguapanela y crispetas la lluvia arreciaba y tocó armar el plan B y entrar al muelle de La Fuga. De nuevo el equipo técnico reaccionó de forma instantánea y a los pocos minutos, ya instalados, se reanudaba la proyección. Hay que decir que nos dio miedo de perder público en el transvase al interior pero nadie se fue, tantas ganas había de conocer la vida de Mamá Icha.

El conversatorio tras la proyección inició con una propuesta de Oscar. Que cada persona dijera una sola palabra que la película le hubiera sugerido. Salieron algunas como arraigo, pero también desarraigo, amor pero también desamor, familia, vejez, hasta malparido se escuchó entre los asistentes. El debate fue muy intenso. Se consideró el rol no de víctima, sino de heroína de Mamá Icha. Se habló de cómo la película trata la realidad de tantas abuelas que migran por cuidar a los nietos y también se reflexionó sobre el rol de la casa, tanto físico como metafórico.

Como es habitual, las conversaciones siguieron en una panadería y en una tiendita hasta altas horas. El cine nos convocó y al cine asistimos. Nosotros somos el público.