Esta guía se realizó con motivo del Primer Encuentro de Cinclubes Bogotanos en 2016 y contiene recomendaciones para la organización de un cineclub, un corto marco legal e histórico del cineclubismo y links a otros manuales similares de Latinoamérica y otros documentos. Esta es una versión actualizada.
También la pueden descargar aquí en formato pdf
¿POR QUÉ UNA GUÍA?
Con esta corta publicación virtual, nos propusimos estimular la participación de jóvenes, adultos y niñ@s en la selección de materiales audiovisuales para ser compartidos y comentados colectivamente en un formato de cineclub. Su objetivo es ofrecer alternativas y modelos que pueden ser adaptados a cualquier forma cineclubista. La finalidad es impulsar la creatividad y dar ideas para tomar como punto de partida, así como aprovechar las inmensas posibilidades que existen actualmente para reconocer y ampliar los horizontes de la oferta audiovisual.
INTRODUCCIÓN
En sus primeros 120 años, el cine ha vivido sucesivas transformaciones tecnológicas. Del cine silente al cine sonoro, el paso al cine a colores y las incursiones en el cine en 3D y el cine digital. Son muestras de una incesante búsqueda por hacer de la pantalla un espacio abierto a la imaginación a través de los géneros de ficción, de no ficción y del documental, utilizando diversas técnicas de filmación, animación e intervención directa en la película.
Para proyectarlo, los proyectores y las pantallas han encontrado salas, salones, teatros, auditorios, paredes y aulas en donde se dan los encuentros entre clásicos y los nuevos cines, organizados por amateurs y profesionales que comparten la pasión por las imágenes en movimiento. Además de los autores, los productores y los distribuidores de películas, en la cultura cinematográfica toma parte activa el público y su rol en la recepción es determinante para que los mensajes y las ideas se conviertan e n emociones y sentimientos.
- La cinefilia es un impulso creativo por conocer y profundizar en el lenguaje fílmico y la naturaleza de las imágenes.
- El asociacionismo es un motor de la sociedad que fomenta la comunicación, la diversidad y el cambio social.
- El cineclubismo es un movimiento a favor de los derechos del público a la organización, la información y el arte.
Esta «guía», pretende ofrecer una ruta para personas y/o grupos quienes quieran emprender un proyecto de formación de públicos desde el cineclubismo.
Es otra de las puntadas en un camino que se ha tejido desde el encuentro de varios cineclubes y organizaciones cinéfilas a nivel internacional y en este caso en concreto desde apuestas compartidas a nivel iberoamericano entre el cineclub Bravo de México, el cineclub Imagen Viajera de Colombia y la Federación Catalana de Cineclubs (Cataluña – España), como uno de los productos del Encuentro de Cineclubes Bogotanos apoyado por el Instituto Distrital de las Artes a través de una de sus convocatorias públicas.
¿QUÉ ES UN CINECLUB?
Un Cineclub es una asociación sin ánimo de lucro que organiza actividades alrededor del cine como fenómeno cultural y artístico. Por supuesto la proyección de películas para su apreciación está entre las actividades principales, pero un cineclub puede organizar también conferencias , exposiciones, seminarios y cualquier actividad entorno al séptimo arte. Un cineclub no se define como un espacio de proyección sino como la organización de personas que propicia la actividad cinéfila en la comunidad, ya sea de barrio, de ciudad, pueblo, universidad, colegio…
La actividad presencial y no virtual constituye una de sus principales características, potenciando así la participación del público y la contraposición de ideas y opiniones.
El carácter democrático, refexivo y participativo es inherente a esta actividad, que busca educar a los públicos a través del debate horizontal entre los participantes y el acceso a obras que en general no se encuentran en el circuito comercial.
En comparación a los festivales que funcionan únicamente unos días al año, los cineclubs proponen actividad continuada a lo largo del año, con proyecciones semanales, quincenales o mensuales, facilitando de esta manera un trabajo de formación de público muy relevante.
Un cineclub se organiza de forma horizontal y democrática a través de sus miembros. Las decisiones no son jerárquicas y es habitual la formación de comisiones para ocuparse de las distintas tareas.
Los cineclubs son las formas complejas del «público organizado». Un cineclub nace habitualmente de un grupo de cinéfilos que deciden organizarse y pasar al activismo cinematográfico abandonando posiciones espectatoriales pasivas y pasando a ser un agente activo en la organización de actividades cinematográficas y cinéfilas para la comunidad.
La cinefilia está en la base de la motivación cineclubista, en contraposición a los intereses de lucro que son los que rigen a las salas de cine. Son por lo tanto los criterios cinéfilos los que caracterizan la actividad de los cineclubs. Eso les permite trabajar sin la presión de lo económico y con el beneficio de aportar conocimiento al público que asiste a su s proyecciones. La «cinefilia» entendida como el «amor por el cine» es lo que motiva al cineclubista a compartir con los demás. Este acto de compartir fomenta valores esenciales como la reciprocidad, la solidaridad, el fomento de los circuitos de dar y recibir y el intercambio. De entre todos ellos subrayar la importancia de la reciprocidad, que garantiza una equidad en el trato y una consideración de igual a igual entre los integrantes de los intercambios dentro de los cineclubes. Este tipo de tratos, imposibles en el marco de una Cultura de Masas, generan una confianza que se basa en los lazos personales y en la conciencia de pertenecer a un mismo colectivo. L a solidaridad que se desprende de estos intercambios aporta la efectividad de la acción común y la confianza natural entre los miembros asociados y todos aquellos que integran los intercambios.
Un cineclub tiene siempre presente como objetivo el de su utilidad pública. No puede someterse a criterios individualistas o a intereses propios. El público, su formación, el acceso a materiales y actividades de interés cinéfilo ha de estar siempre en el norte cineclubista. Una asociación, un cineclub, se carga de responsabilidad social en cuanto que es consciente de la utilidad pública de los productos culturales que propone. Esta utilidad pública pone en el punto de mira al último receptor del producto cultural (consumidor cultural), y que está confrontado claramente al concepto de «consumidor comercial».
Este consumidor cultural (en nuestro caso consumidor de cine) que identificaremos como Público, entra en contraposición con el otro modelo de consumidor comercial más identificable con el concepto de espectador, que consume cine de forma pasiva sin interactuar con la obra, el filme. Es finalmente en el público en el que se han de concentrar todos los esfuerzos. En todo tipo de intercambio cultural basado en los códigos ya mencionados, la última preocupación radica en la posibilidad de generar un público crítico, generador de opinión, activo en sus gestos, que pueda cerrar el círculo del intercambio con total éxito. Es así que los cineclubs entienden el concepto de cinefilia, desde la responsabilidad con su público, con la confianza de que los filmes propuestos responden a un criterio de calidad, no influenciado por cuestiones comerciales.
Los cineclubs se caracterizan por ser en esencia heterogéneos entre sí. Unos se pueden dedicar al cine clásico, al documental, cortometraje, al cine político, a películas recientes o a todo al mismo tiempo. La libertad de programación, siguiendo como señalábamos anteriormente patrones cinéfilos y no comerciales, posibilitan un movimiento rico, diverso y creativo.
Un cineclub debería aspirar a generar a cada sesión un «Evento significativo», que el público tenga una experiencia memorable. Eso se consigue trabajando muy bien los «valores añadidos» de su proyección: presentación, hoja de sala, buena calidad y confort de proyección, presencias de especialistas o miembros del equipo del film, debate posterior a la proyección,…. Son esos «valores añadidos» los que otorgan personalidad e inciden en la formación de públicos.
Un cineclub tiene la posibilidad de ser un agente importante en el sector cinematográfico nacional en cuanto que es un punto más de exhibición para realizadores y distribuidores. Especialmente para jóvenes realizadores, documentalistas, cortometrajistas,… que tienen dificultades para acceder a las ventanas habituales del cine más comercial. Para ello es muy importante conocer las leyes que rigen la propiedad intelectual, los derechos de exhibición pública, la normativa sobre asociaciones sin ánimo de lucro y cualquier otra que pueda afectar a la actividad cineclubista. El cine nacional ha sido siempre un fuerte aliado de los cineclubes en cuanto que se puede contar de forma sencilla con la presencia de realizadores y miembros del equipo de la película.
Un cineclub es un espacio de resistencia a los modelos hegemónicos. El cine se ha caracterizado a lo largo de la historia por generar discursos hegemónicos de gran alcance dentro de la Cultura de masas. El cine consumido en las grandes salas de los centros comerciales propicia un consumo irreflexivo. Históricamente los cineclubs han ofrecido al público reductos de reflexión entorno al «cinearte» o a las manifestaciones artísticas cinematográficas más minoritarias y de vanguardia. Ese rol de resistencia convierte al cineclub en un espaci o poderoso.
En Colombia, los cineclubes que estén interesados en organizarse jurídicamente (no es un requisit o indispensable) lo pueden hacer bajo la gura de ESAL (Entidades sin Ánimo de Lucro) que más convenga (Asociación, Corporación o Fundación) y que más se adapte a sus necesidades, al tipo de trabajo cultural que desarrollen y/o a las características e intereses de sus miembros.
ENLACES RECOMENDADOS PARA CONOCER DE LA HISTORIA DEL CINECLUBISMO CONTEMPORANEO EN COLOMBIA
Para conocer distintos puntos de vista y diferentes momentos y escenarios del cineclubismo colombiano y bogotano, recomendamos acceder a las siguientes publicaciones virtuales e impresas:
Los cineclubes bogotanos. Juan Diego Caicedo. En: Bogotá Fílmica. Alcaldía Mayor de Bogotá. Pgs. 224- 269. 2012.
Recorrido histórico del cine club de Cali en la década de los 70 y su aporte directo en las producciones cinematográficas del realizador caleño Carlos Moreno. Universidad autónoma de Occidente. 2014.
ORGANIZACIÓN DEL CINECLUB
La organización de un Cineclub plantea diversos retos, empezando por la dificultad de coordinar un equipo cohesionado, con funciones determinadas, y que esté dispuesto a trabajar, en la mayoría de los casos, sin una retribución económica de por medio. Todo cineclub es un proyecto que demanda, ante todo, mucha coordinación y capacidad para resolver problemas continuamente.
Es útil que antes de cada temporada, a la par que el equipo discute y decide los ciclos que se presentarán cada año (junto a actividades anexas, como funciones de conmemoración, pequeños festivales, iniciativas conjuntas con otras instituciones, etc.) las funciones de cada miembro queden claramente especificadas, atendiendo a la disponibilidad de cada uno y, sobre todo, a su interés personal. El integrante debe apasionarse por lo que hace, y conocer al detalle cuáles son las labores de su función.
Cuando existe la posibilidad, es recomendable que dividan su trabajo por comisiones. A modo de ejemplo, podemos tener 3 comisiones: gestión y producción, difusión y comunicaciones, edición y publicaciones. En algunos casos se puede contar con una cuarta comisión ejecutiva, que coordine el trabajo de las otras comisiones y supervise la labor de cada una. Importante recalcar: cuando un miembro falla o no puede asumir la función establecida, debe contar con un reemplazo, asumiendo que la lógica que debe existir es la de la ayuda mutua. Un Cineclub es una organizació n horizontal, y es labor de cada equipo poder conciliar esa lógica con un trabajo constante.
COMISIONES
Gestión y producción: Se ha de encargar de todo lo referente a la gestión de la proyección u organización del evento. Control de la copia (DVD, archivo digital,…) desde asegurar su recepción con tiempo suficiente, así como efectuar las pruebas correspondientes para garantizar la calidad y la totalidad de la obra. Se recomienda probar la copia de la película en la sala donde se vaya a realizar la proyección y con los equipos que se vayan a utilizar. Un paso en falso en esta fase nos puede arruinar la proyección. Es recomendable que las personas que tengan conocimientos acerca de equipos de proyección y sonido se encarguen de estas cuestiones técnicas.
Difusión y comunicaciones: Lamentablemente es muy habitual que esta parte esté más desatendida que otras tareas y es un grave error. Es muy importante contar con planes de comunicación y difusión que nos aseguren que nuestras actividades van a llegar a su público potencial dentro de nuestra comunidad. Aquí se desarrollará una estrategia en el diseño de página web, así como el mantenimiento de las diversas redes sociales que el cineclub esté utilizando. La actualización constante es la clave para mantener a los usuarios conectados y enterados de las actividades del cineclub. Difusión de carteles en papel, presencia del cineclub en programas de radio locales o en otras páginas de cine, son importantes para incrementar el alcance de nuestras comunicaciones.
Edición y publicaciones: Una de las características de los cineclubs es la de aportar valor añadido a las proyecciones. Por eso las publicaciones pueden ser una herramienta idónea para generar contenidos que refuercen nuestra actividad. Un clásico es la «hoja de sala» o «volante» en el que se recoge una ficha técnica, una sinopsis y un comentario crítico del film. Esta hoja se reparte antes de la proyección y permite al público acceder a un conocimiento previo que le permita un mejor acceso a la obra cinematográfica.
Mejor que «copiar y pegar» de internet se aconseja que los textos sean originales y escritos por los propios miembros de los cineclubs.
La comisión también puede ocuparse de un pequeño informe de cada sesión donde se recoja un resumen de lo acontecido en el debate posterior al film, así como realizar fotografías de la sesión. Este material se sube a la página del cineclub y permite disponer de un registro de lo acontecido. La comisión también se ocupa de redactar las memorias anuales así como eventualmente una revista o artículos que puedan ser subidos a internet.
PROGRAMACIÓN
Puesto que la actividad principal del cineclub es la de proyectar películas, todo lo relativo a la programación adquiere especial importancia. Es la parte creativa de la activida cineclubista y va a definir la personalidad del cineclub.
Es importante saber a qué público nos dirigimos así como conocer quién es el público potencial. Es por eso importante analizar el emplazamiento de la sala y las personas que viven, trabajan o se mueven en la comunidad. Conocer al público es uno de los principales pasos para poder programar con éxito.
La libertad y la independencia es uno de los signos que definen al cineclubismo en cuanto a su programación. Depender de otros (instituciones, empresa privada,…) a la hora de programar, puede terminar rápidamente con el proyecto cineclub.
Es importante barajar dos elementos que pueden ser a veces contradictorios: Por un lado el gusto personal de los programadores y por otro lado pensar en el público. Programar es poder abrir o cerrar el abanico de posibilidades para llegar a un mayor o menor número de personas. Si se programa, por ejemplo, con un criterio muy exigente (en cuanto a un cine más minoritario) puede que implique un número más reducido de personas que asistan a las funciones. Pero es posible programar buen cine abriendo las posibilidades para que más público asista a nuestras sesiones. Este es un ejercicio fundamental a la hora de programar, no para sí mismo o para los amigos, si no para un público general.
Los cineclubs pueden programar por ciclos, o individualmente (película a película). Programar ciclos permite trabajar más en profundidad sobre un autor, un movimiento, un momento histórico determinado. Se recomiendan ciclos no muy largos (3 sesiones por ejemplo) para no hipotecar buena parte de la programación. Programar título a título permite programar teniendo en cuenta en cada momento la coyuntura, las oportunidades, las fechas de importancia para el cine o para el país, presencia de algún director en la ciudad, etc.
Es importante la periodización y que el público la conozca. (Por ejemplo proyecciones último miércoles de cada mes, cada viernes, etc.): El público tiende a tener costumbres fijas. Si pensamos en diversificar nuestra programación (por ejemplo una línea de programación para niños y otra para adultos) es importante marcar las diferencias en cuanto a días y horarios para enfatizar los puntos de referencia al público y que conozca muy bien las distintas opciones que tiene.
Programar cine nacional es una apuesta ganadora para los cineclubs. Permite por un lado invitar a miembros del equipo de la película a la proyección y genera grandes e interesantes debates con el público. Para los autores, los cineclubs han sido históricamente los mejores aliados para dar a conocer su cine. Se contribuye también a construir un imaginario colectivo a partir de las propias narraciones sin tener que optar por otras narrativas más invasivas, propias del cine más comercial.
Otras actividades de programación para los cineclubs tienen que ver por ejemplo con la creación de un festival de cortometrajes, sesiones al aire libre, cine para toda la familia, maratones y cualquier otra actividad de proyección. Los cineclubs son espacios muy creativos donde se encuentran múltiples posibilidades de proyección.
¿DE DÓNDE SALEN LAS PELÍCULAS?
Es ideal que los cineclubes tengan en cuenta las leyes nacionales e internacionales sobre difusión, exhibición y/o proyección «no comercial» de obras cinematográficas o audiovisuales. También es aconsejable que los colectivos y asociaciones cineclubistas promuevan tareas o proyectos de incidencia política en sus ciudades, o a nivel nacional, para tratar de transformar las legislaciones a favor de la diversidad de los públicos actuales y para lograr determinar con claridad una figura de exhibidores «no comerciales» ante la ley y ante las distintas entidades que fomentan la circulación de cine y la formación de públicos en Colombia.
En todo caso, en la actualidad existen distintas posibilidades que un cineclub puede tener para la exhibición no comercial de cine:
1. La autorización directa de quien tenga los derechos: Este camino incluye la investigación y el contacto directo (escrito preferiblemente) con los directores, productores o distribuidoras y solicitud de los derechos de exhibición por una sesión o para un proyecto específico. Se recomienda presentar al cineclub y aclarar la labor de formación de públicos y el objetivo no comercial de la proyección a realizar. Es estratégico ofrecer algún tipo de «contraprestación» distinto al pago, en invitaciones, trueque de servicios y/o de información.
2. Convocatorias a realizadores: Esta alternativa consiste en lanzar una convocatoria exclusiva para realizadores que quieran difundir sus trabajos en uno o varios cineclubes aliados para este fin.
3. Proyección de material «libre» o de plataformas con derechos para cineclubes: Para utilizar esta estrategia se recomienda investigar el tipo de derechos y la s contraprestaciones que cada licencia o plataforma exige.
Algunas de las posibilidades son: Exhibir obras de difusión libre, licenciadas bajo algunas de las alternativas de «Creative Commons», o de la plataforma de difusión internacional para cineclubes «Cinesud» que opera con distintos requerimientos en varios continentes.
4. Exhibición dentro de los marcos excepcionales que la ley dispone (ámbito educativo): Esta alternativa es útil principalmente para cineclubs que funcionen dentro de instituciones educativas o adscritas a ellas. Su base se soporta en documentos de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual y su Comité Permanente de Derechos de Autor y Derechos Conexos (entre ellos recomendamos: «Objetivos y principios relativos a las excepciones y limitaciones en favor de las instituciones educativas, docentes y de investigación», Ginebra, 28 de abril a 2 de mayo de 2014). Si se desea ahondar en este aspecto se recomienda investigar en la oficina de derechos de autor de cada ciudad, donde generalmente se realizan asesorías gratuitas.
5. Alianzas con organizaciones y/o festivales de cine nacionales e internacionales: En este aspecto también se pueden explorar organizaciones de sectores distintos al cine, quienes tengan derechos de material audiovisual y le interese su difusión, como organizaciones de mujeres, de campesinos, indígenas, etc.
6. Programa de Salas Asociadas: Para Bogotá, esta es una vía que ha funcionado para muchas salas y escenarios sin ánimo de lucro como cineclubes. Se debe realizar una solicitud a la Cinemateca Distrital de Bogotá quienes luego de cumplir unos requisitos de información ofrecen material mensual con derechos de exhibición por este mismo periodo de tiempo.
7. El pago de derechos de exhibición: Finalmente, esta alternativa puede ser la menos explorada hasta el momento debido a que los cineclubes en Colombia suelen no cobrar la entrada, ni tener cuota de asociación o de afiliación. Sin embargo, para lograr acceder a rubros para el pago de derechos de exhibición, se puede participar en las convocatorias públicas del Ministerio de Cultura y de algunas alcaldías municipales para circulación de cine, formación de públicos y/o realización de actividades o eventos culturales.
En este punto se recomienda tener en cuenta que:
La exhibición «no comercial» no compite, ni riñe, con la exhibición comercial, pues sus objetivos, y metodologías son muy diferentes.
Desde la perspectiva de los exhibidores no comerciales consideramos fundamental la inclusión de los derechos del público (y por ende del trabajo de los cineclubs) en los debates actuales nacionales sobre Ley de Cine y Ley de Medios.
Es indispensable ampliar y difundir las posibilidades de gestión de derechos de exhibición de obras cinematográficas desde las plataformas y redes de comunicación existentes tanto locales como globales (grupos de Facebook, mesas locales de comunicación, etc.)
SOSTENIBILIDAD ECONÓMICA
Es muy importante contar con recursos económicos para poder llevar a cabo un proyecto de cineclub ya que nos va a dar libertad e independencia para poder decidir cuáles van a ser nuestras actividades y aumenta las posibilidades de llevarlas a cabo.
Tasa de manutención. Este es un concepto muy utilizado por el cineclubismo brasilero y substituye el concepto «entrada». Una asociación de cine, un cineclub, no realiza únicamente una proyección sino que organiza múltiples actividades que acompañan a la simple proyección: impresión de las «hojas de sala», alquiler de equipos, atención a los invitados, etc. La «Tasa de manutención» hace referencia a las necesidades económicas para mantener la actividad del cineclub. El concepto debe explicar bien a que se va a dar uso el dinero que se recoja. Esa tasa de manutención se cobra al público que asiste a las funciones y siempre es una cantidad simbólica muy por debajo de lo que el cine comercial cobra a los espectadores.
Cuotas de socios. Muchos cineclubs en todo el mundo tienen la figura de «socio/a» como aquella persona que perteneciendo al cineclub, paga una cuota periódica por pertenecer a él. Cada cineclub decide qué ventajas ofrece a sus socios. Esta estrategia permite tener un ingreso fijo al comienzo del año cuando se cobran las cuotas que se destinarán al desarrollo de las actividades.
«Sombrero» o taquilla invertida. Se trata de dejar a libertad del público el aporte voluntario, dependiendo de sus capacidades económicas y de la valoración personal a cada sesión de cineclub. Involucra una clara sensibilización acerca de que las actividades del cineclub tienen un «costo» y un «valor» y que es responsabilidad de toda la cadena cultural poder cubrir los gastos mínimos que permitan la continuidad de actividades. Al final de la proyección se pasa un sombrero y se recoge un aporte voluntario. Es muy importante en estos casos que en cada sesión se realice labor pedagógica con el público sobre la necesidad de que la actividad sea autostenida y tenga continuidad en el tiempo.
Venta de productos, merchandising. Es otra metodología clásica para recaudar dinero. Aquí la creatividad de cada cineclub es muy importante: camisetas, libros y revistas, café, comida, etc.
Acuerdos con otras entidades. No siempre los intercambios son económicos sino que también pueden ser trueques o colaboraciones mutuas. Un cineclub puede proponer su actividad en un centro cultural para poder llevar a cabo allá sus sesiones. El centro cultural puede aportar con equipos, personal técnico, fotocopias u otros materiales. Las sinergias pueden ser clave para llevar adelante el cineclub.
Fondos estatales, distritales o de convocatorias: Casi siempre es necesaria la formalización del cineclub como entidad jurídica. Se abre aquí una de las grandes posibilidades del cineclub y es la de poder armar proyectos complejos que puedan recibir recursos públicos o privados.
FORMACIÓN DE PÚBLICOS
El cineclub es por definición un espacio educativo y de formación. El público asistente dispone de un espacio de aprendizaje y de reflexión, no solo del cine como arte sino de todos aquellos temas que el cine propone para su análisis y debate. En contra de los modelos de exhibición cinematográfica que alienan al individuo, el cineclub dispone sus estrategias para que el público se apodere del medio y lo haga suyo. El debate y la oralidad son las herramientas esenciales de formación de públicos. El cineclub propone educación para la liberación del individuo a través de poner en contacto a diferentes subjetividades en el ejercicio de la confrontación de ideas y opiniones.
A nivel internacional disponemos de la «Carta de los derechos del público», documento firmado por más de 70 federaciones nacionales de cineclubs en la ciudad de Tabor en la antigua Checoslovaquia en 1989.
La carta dice así:
Carta de Tabor. La Federación Internacional de Cineclubs (FICC), organización de defensa y desarrollo del cine como medio cultural, presente en 75 países es también la asociación más adecuada para la organización del público receptor de los bienes culturales audiovisuales. Consciente de los profundos cambios habidos en el campo audiovisual, que engendran una deshumanización total de la comunicación, la FICC, a partir de su congreso en Tabor (Checoslovaquia) ha aprobado por unanimidad la CARTA DE LOS DERECHOS DEL PÚBLICO:
1- Cada persona tiene derecho a recibir todas las informaciones y comunicaciones audiovisuales. Por eso debe tener los medios para expresarse y dar a conocer sus propios juicios y opiniones. No puede haber humanización sin verdadera comunicación.
2- El derecho al arte, al enriquecimiento cultural, a la capacidad de comunicación, fuente de toda mutación cultural y social, es un derecho inalienable. Es la garantía de una verdadera comprensión entre los pueblos, la única vía para evitar las guerras.
3- La formación del público es la condición fundamental, incluso para los autores, para la creación de obras de calidad. Solo ella permite la expresión del individuo y la comunidad social.
4 – Los derechos del público corresponden a las aspiraciones y posibilidades de un desarrollo general de las facultades creativas. Las nuevas tecnologías deben ser utilizadas con este fin y no para la alienación de las masas.
5- Los espectadores tienen el derecho de organizarse de manera autónoma para la defensa de sus intereses. Con el fin de alcanzar estos objetivos, y de sensibilizar al mayor número de personas hacia las nuevas formas de expresión audiovisual, las asociaciones de espectadores deben poder disponer de estructuras y de medios puestos a su disposición por los entes públicos.
6- Las asociaciones de espectadores tienen el derecho de estar asociadas a la gestión y de participar en el nombramiento de los responsables de los organismos públicos de producción y distribución del espectáculo así como de los medios públicos de información.
7- Público, autores y obras no pueden ser utilizados sin su consentimiento para fines políticos de proselitismo comercial u otros. En casos de instrumentalización o de abuso, las organizaciones de espectadores tendrán el derecho de exigir rectificaciones públicas e indemnizaciones.
8- El público tiene derecho a una información correcta. Por este motivo rechaza cualquier tipo de censura y de manipulación, y se organizará para hacer respetar en todos los Mass Media la pluralidad de opiniones como expresión del respeto a los intereses del público y a su enriquecimiento cultural.
9- Ante la universalización de la difusión informativa y del espectáculo, las organizaciones del público se unirán y trabajarán conjuntamente en el plano internacional.
10- Las asociaciones de espectadores, reivindican la organización de investigaciones sobre las necesidades y la evolución cultural del público. Por el contrario se oponen a los estudios con objetivos mercantiles tales como las encuestas sobre índices de audiencia y aceptación.
Tabor, 18 de septiembre de 1987
Resumiendo la carta podemos extraer algunas conclusiones referente a los derechos del público y que podemos usar para marcarnos unos objetivos teóricos en cuanto a nuestra función de formadores de públicos. El público debe tener los medios para expresarse y dar a conocer sus propios juicios y opiniones. Todas las personas tienen derecho al acceso al arte, la formación del público le permitirá expresarse dentro de su comunidad. Solo un público formado garantiza que las obras de arte sean cada vez de mejor calidad. Para todo ello, el público tiene derecho a organizarse como cineclub y a su vez agremiarse a nivel nacional e internacional. Una vez organizados es necesario que participen de la toma de decisiones a nivel de las políticas culturales en el cine.
LA SESIÓN CINECLUBISTA
1- Selección de la película: Para la selección se deben tener en cuenta las características, necesidades e intereses del público, así como el día, el horario y la llegada al lugar de proyección. Pensando en el desarrollo de la sesión, se puede acudir a programar películas por ciclos temáticos, relacionadas con ciertas fechas o acontecimientos históricos o de actualidad, o películas de director@es que puedan ser invitados a la proyección para enriquecer el debate posterior.
2- Difusión del evento: Es de vital importancia difundir el evento entre personas o redes a quienes les pueda interesar la temática de la película a proyectar, en aras de enriquecer el debate y la sesión cineclubista. Se puede realizar una ficha (volante o flyer) resumen de la actividad para realizar la difusión de manera física (impresa) y/o virtual.
3- Prueba técnica: Se debe acudir al lugar de proyección con anterioridad para calcular los imprevistos y las necesidades técnicas y/o logísticas (especialmente si la sesión se desarrolla al aire libre). También es recomendable realizar una prueba de la película en el equipo y el lugar de proyección que se vayan a utilizar para asegurar que los archivos se vean, se escuchen o se lean correctamente. Esta prueba técnica se puede realizar escogiendo previamente los puntos más oscuros y claros de la película, así como los de mayor y menos volumen, para asegurar el mejor nivel de audio y de visión. El día de la sesión se debe calcular el tiempo de montaje, de prueba o de alistamiento del lugar, para lograr el inicio de la actividad a la hora prevista.
4- Materiales a repartir: Se puede realizar con anterioridad una «hoja de sala» que se distribuye el día de la proyección a los asistentes. Esta hoja contienen a manera de ficha técnica los principales datos de la película, y además puede contener información sobre el director/a, una opinión o crítica extractada de algún libro o página web (con créditos) y/o escrita por alguno de los miembros del cineclub para la ocasión.
5- Presentación: La presentación de la actividad debe ser corta e incluir los datos principales de la película y el director/a, de quienes organizan la actividad y de los invitados especiales (si los hay). También es recomendable dar algunas pistas sobre lo que podría dialogarse en el debate, para incentivar la participación.
6- Debate:
CLAVES DEL ANÁLISIS: Tanto los cuentos, como las historias, las obras de teatro o las películas están estructuradas y sus tramas se forman con los personajes y sus conflictos. Estos nudos en los hilos de cada uno, producen cambios respectivamente. En numerosas ocasiones, se pueden observar tres actos en los que los personajes se transforman, haciendo frente a los obstáculos y situaciones que los movieron de su circunstancia inicial. Al enfrentarse con su antagonista, el protagonista se pone a prueba y resuelve sus obstáculos echando mano de su fortaleza interior o con la ayuda de otros. A través de lo que vive el personaje, el espectador experimenta esas emociones y aprende. De allí lo útil de hablar de esas experiencias porque entrañan valores y ejemplos del sentido de la vida que tomamos y hacemos nuestros.
CLAVES PARA LA CONDUCCIÓN DE DEBATE: Un debate NO es una conferencia. Es un diálogo colectivo a través de las opiniones de sus participantes. El moderador coloca puntos de interés, claves del análisis de la película y preguntas para abordar.
Antes de conducir el debate, es útil proponer preguntas y temas en la presentación para ser retomados al finalizar la proyección. Es útil identificar los perfiles de los personajes y contextualizar su entorno permite establecer los signos y los símbolos que pueden despertar una o diversas opiniones. A través de la conducción se busca el contraste para reafirmar o cuestionar conceptos e integrar las diversas opiniones al finalizar. Puede comenzarse por las imágenes más impactantes, e ir reflexionando sobre la importancia de las escenas para poder explicar por qué es así la película y qué intenciones tuvieron sus autores/as.
Es muy importante también introducir en el debate aspectos de análisis de lenguaje cinematográfico para no sólo comentar el qué sinó el cómo.
7- Cierre de la actividad: Es ideal que alguien cierre la actividad con una corta despedida que puede incluir la invitación a otras actividades presenciales o virtuales del cineclub.
ARCHIVOS Y MEMORIA DEL CINECLUB
Otro de los capítulos que se suelen olvidar y al que se le presta poca atención, es al de los archivos y memoria de nuestro cineclub. El final del año puede ser el momento idóneo para generar una memoria. Se trata de recopilar toda la actividad del cineclub en cuanto a proyecciones, presentaciones, charlas, exposiciones y a todo aquello a lo que el cineclub se dedicó ese año. Para poder realizar esa memoria anual es importante que durante el año se generen documentos, entradas al web/blog, pequeñas piezas audiovisuales o que se registre el conversatorio en audio/podcast de los debates tras la proyección. Una persona, por lo general de la comisión de comunicación, se puede encargar de esta parte. La memoria del cineclub es clave para las nuevas personas que se vayan incorporando al proyecto, así como para posibles interesados en el movimiento cineclubista, estudiantes, investigadores, etc.
Otro posible uso de los archivos gráficos podría ser una exposición de los carteles de las películas exhibidas en el cineclub.
También la memoria impresa se puede entregar en la biblioteca de la Cinemateca, o a la biblioteca de la localidad o barrio, para que quede como documento de consulta.
EL TRABAJO EN COLECTIVO: REDES, CONSEJOS, FEDERACIONES
Los cineclubs, como organizaciones del público, tienen tendencia a agremiarse en organizaciones más grandes. Son las federaciones, consejos, redes, etc. Este tipo de organizaciones aportan ventajas en cuanto que se convierten en espacios de gestión de contenidos para los cineclubs agremiados.
Las ventajas se pueden dar en cuanto a condiciones más favorables para la consecución de películas, para la presentación de proyectos comunes, para involucrar espacios donde se compartan experiencias y ejemplos de buenas prácticas,… En definitiva se trata de favorecer e implementar sinergias que lleven a buen puerto las actividades de cada cineclub respetando siempre la singularidad de cada uno y la heterogenia del movimiento. No se trata de monopolizar la actividad sino de trabajar para el conjunto de todos.
Por supuesto son organismos privilegiados para negociar con las administraciones públicas o empresas privadas convenios, acuerdos o contratos que beneficien a todos los miembros.
Estas organizaciones se han desarrollado históricamente a partir de los años 40 y 50 del siglo pasado. La Federación Internacional de Cineclubs, por ejemplo, nació en 1947 en el Festival de Cannes. Estaba cumpliendo 70 años en el 2017.
ENLACES ORGANIZACIONES DEL SECTOR CINEMATOGRÁFICO
A continuación, los links a algunas de las principales entidades y organizaciones que fomentan la formación de públicos y la realización de cine en Colombia, las cuales se encuentran directamente relacionadas con la labor de los cineclubs. En ellas se podrá encontrar información general, convocatorias y publicaciones:
Ministerio de Cultura – Dirección de Cinematografía
Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano
Cinemateca distrital de Bogotá
OTRAS GUÍAS Y MANUALES DE CINECLUBES:
Organizador y promotor de cineclubes (Argentina)
Cineclubismo y educación (Chile)
LEGISLACIÓN:
Otras leyes colombianas relacionadas
Ley de Derechos de Autor Colombia:
FEDERACIONES, CONSEJOS Y REDES
Federación internacional de cineclubs
Conselho nacional de cineclubes do Brasil
Federation of film societies of India
CATÁLOGOS:
CINESUD. Plataforma de difusión de films entre cineclubs
BLOGS cineclubistas
Cròniques cineclubistes. Catalunya – España
Cineclube: apontamentos. Brasil
COLOMBIA:
Alianza para el fomento del cineclubismo bogotano
Taller de formación para cineclubes de la Cinemateca Distrital
Convocatoria Nacional de cineclubes
L@S AUTOR@S
Marcela Aguilar Pardo – Colombia
Julio Lamaña Orozco – Catalunya
Gabriel Rodríguez – México
Cuentan con una amplia experiencia en el trabajo como investigadores, agentes culturales y promotores de modelos de participación en varios países. Han editado diversas publicaciones electrónicas e impresas, han participado de los encuentros mundiales e iberoamericanos de cineclubes y han realizado muestras de cine y proyectos culturales en sus países y entre ellos. Como parte del movimiento cineclubista mundial, están comprometidos con la incidencia cultural del cineclubismo y el enriquecimiento de las legislaciones a favor de los públicos. Desde el año 2000 desarrollan el catálogo CINESUD (http://plataformacinesud.wordpress.com).
Esta guía se realizó con motivo del 1er Encuentro Distrital de Cineclubes de Bogotá. 28, 29 y 30 de julio 2016 en el Nicho Cultural l’Aldea.